En estos días en los que vivimos en plena guerra del agua en Mancha Real, en una de las múltiples conversaciones que he mantenido con los distintos políticos locales, le comenté a la actual Alcaldesa, Micaela Martínez, que en el famosísimo recibo del agua, su principal fallo, ha sido la falta de comunicación. Y está claro. No voy a entrar a valorar si la subida del agua es justa o injusta. No voy a valorar si la polémica adjudicación de la encomienda es legal o no. El fin de este artículo es otro bien distinto.
Le dije a la Alcaldesa en esa conversación que le había fallado la comunicación. Y no creo equivocarme, porque con hasta 3 inauguraciones que ha habido en Mancha Real de la Estación Depuradora, digo yo, que en algún momento, se podía haber informado a los ciudadanos que ese servicio tenía un coste, que el coste no era bajo y que eramos nosotros los que lo ibamos a asumir. Pero los políticos, nunca asumen ese riesgo. Nunca nos dicen las cosas a las claras por temor a perder el voto.
En mi corta experiencia como periodista, una cosa si me ha quedado muy clara; una Administración, ya sea Ayuntamiento, Diputación o lo que venga, nunca comunica con fin informativo. Comunica con fin electoralista. Existe un miedo feroz a contar las cosas de forma natural, tal y como son. Se hacen esfuerzos enrevesados para lanzar mensajes que distorsionan la realidad. La ingieneria de la palabra, para dar a entender que cualquier cosa, es un mérito suyo o una pifia del rival. La información es lo de menos, lo principal es el voto.
Hemos dado por asumido un término muy peligroso, la expresión "politicamente correcto". Lo Politicamente Correcto es una estafa. Es lo que hacen los politicos para quedar bien. Y un politico, es un representante del pueblo, elegido por nosotros para defender nuestros intereses. Un politico no puede hacer lo "politicamente correcto", debe hacer lo correcto, sin ningún adorno adjetival que transtorne esa corrección de sus actos. Por eso, las estrategias de comunicación de los partidos políticos son basura. Sea el partido que sea, su objetivo jamás es el de informar, si no el de generar votos. Los politicos no quieren informarnos de la realidad de su cometido para el cual les hemos elegido. Para los politicos la comunicación es marketing puro y duro. Venden siglas y compran votos.
Sería deseable que eso cambiara. Desearía ver en los politicos una vocación de servicio al ciudadano y no al servicio del cargo o del partido. Los politicos tienen asumido la creencia de que pertenecen a algo más grande que ellos, como es su partido, y su partido está por encima de todo, incluso de los ciudadanos. Y ese sentimiento de que sus siglas son más importantes que sus ciudadanos, es lo que nos está llevando al abismo. Los politicos, sobre todo a nivel local, se entregan a las doctrinas marcadas desde las Direcciones y se pliegan ante ellas, no se si convencidos de que es lo mejor para el pueblo, pero desde luego, sabedores de que es lo mejor para su cargo. Y el cargo es lo que importa. Los ciudadanos son lo de menos. Echo de menos a un politico que se rebele contra su partido por ir contra de su pueblo. Echo de menos alguien que hable claro y diga "en este asunto la hemos cagado". Pero eso no lo oireis jamás, porque no nos contarán la verdad, a menos que se le pueda sacar beneficio.
Entre tanto, seguiremos siendo "polticamente correctos"....
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